Córdoba: Vecinos echaron a un jefe comunal por hacer apología de la dictadura y del nazismo

, | 17 noviembre, 2020

MARTA PLATÍA. PÁGINA 12.- “Hoy Cerro Azul está de fiesta. Y lo logramos como pueblo organizado. Por fin se le dio fin a un gobierno autoritario de nueve años. Te podemos decir que acá el Nunca más es ¡Nunca más!», le dijo Laura V. a Página/12, con la voz tan satisfecha como serena. Vecina de esa localidad desde hace 15 años y «mamá de cuatro chicos», Laura es una de las integrantes de la Unión Vecinal Cerro Azul.

“Esto va a quedar para la historia acá. En la mañana tempranito (por el lunes) nos reunimos para convalidar lo decidido el domingo a la tarde: suspender sin sueldo y por lo que le queda de mandato a Oscar Data, el jefe Comunal de Cerro Azul», relató. “Le faltaban tres años y 27 días, pero ya no va más. Después de postear con las caras de Videla y de Hitler, se le terminó el tiempo y los abusos. Nosotros esperamos ahora que la DAIA y (el gobernador Juan) Schiaretti, que hasta ahora no dijo nada, también hagan algo. Acá a todos nos parece gravísimo que un funcionario mande mensajes, publique cosas con las caras de genocidas y él no haya dicho ni una palabra”, cuestionó.

Cerro Azul es un paraje de las Sierras Chicas cercano a Agua de Oro y Río Ceballos, al noroeste cordobés. En la última semana se conmocionó -y movilizó- luego de que Oscar Data y su pareja y secretaria, Rocío Pérez, postearan en sus redes y whatsapp, mensajes apologéticos del terrorismo de Estado en la Argentina y del Holocausto judío. Según ellos, para “repudiar” lo que estaba ocurriendo en Guernica (las tomas de tierras); y en las tierras de la familia Etchevehere (el conflicto familiar que se abrió con el reclamo de Dolores Etchevehere), en Entre Ríos. 

Data y Pérez decidieron “defender la propiedad privada» con mensajes públicos negacionistas, que difundieron por sus redes. Uno incluía un cartel rojo de “Propiedad Privada” con la cara del dictador Videla. Otro tenía una foto de Hitler desafiando a que le ocupen “un campito”, en alusión a los campos de concentración donde masacraron a más de 6 millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial.

«Lo de Videla impactó, pero lo de Hitler y (el texto) ‘yo tengo un campito para que vengan a ocupar’, rebalsó el vaso», detalló Laura-. Los vecinos cuentan que no es la primera expresión pública de este tipo del jefe comunal. Data está en el cargo desde hace 9 años y tiene denuncias en juzgados por impedir las Asambleas Extraordinarias, la forma institucional en que una comuna decide. «Pero esta vez se le terminó. No se le pueden permitir más cosas. La gente acá está muy molesta. El ha usado su cargo para discriminar a las personas, a las familias que le gustan o no», se alegra Laura.

-¿A quiénes, de qué modo?

-Y, por ejemplo no les otorga permiso para poner el agua en sus viviendas a los más humildes o a los que él considera «hippies»… Cerro Azul es una reserva hídrica, es la reserva de tres pueblos, un espacio rural muy hermoso. Y este hombre hacía cosas de ese estilo. Abusó de su poder. Este es un pueblo chico, de 400 habitantes. Se supo enseguida lo que habían hecho (él y su novia y asistente). Y esta vez no se lo dejaron pasar. Pensamos y se dijo en la asamblea, que otro que debería decir algo y no hizo nada hasta ahora, fue el legislador por nuestro departamento (Colón), Carlos Presas… Esperamos que haga algo. Hay cosas que nunca más debemos permitir.

En la mañana del lunes y minutos después de la destitución de Oscar Data, un grupo de personas despidió con cánticos e insultos al exjefe comunal, que salió casi a las corridas del municipio y protegido por la policía del pueblo. Mientras se subía a su auto blanco escuchó cómo los vecinos de su pueblo le cantaban “Data, basura, vos sos la dictadura”. Poco después y en un documento se informó que lo reemplazará María Wherli, una funcionaria del mismo signo político que, si bien formaba parte de su gabinete, firmó una carta de repudio por los posteos apologéticos de su exjefe.

La derecha sin máscaras

Entre sus múltiples secuelas, la pandemia en Córdoba parece haber vigorizado la zona más oscura de la ultra derecha violenta en la provincia. En las marchas «anti-derechos» que se convocaron frente al Patio Olmos, el shopping favorito de les vecines de Nueva Córdoba (algo así como La Recoleta porteña), les manifestantes se destacaron por su agresividad y virulencia: vandalizaron la escultura de Agustín Tosco; un grupúsculo de pro-machistas se presentó con una gigantesca pancarta del «Patriarcado Unido Argentino» y consignas contra el movimiento Ni Una Menos. 

Y en la escuálida convocatoria de la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich (quien viajó hasta allí con pasajes de avión del Senado, supuestamente por una «confusión administrativa»), terminaron colgando dos muñecos de trapo (a escala humana y vestidos) con los rostros del presidente Alberto Fernández y de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.  Ambos con sogas al cuello que incluían el clásico nudo para ahorcarlos. Toda una producción tan escabrosa como delictiva para celebrar un hipotético magnicidio. Un hecho por el cual -hasta ahora- ningún fiscal inició investigación alguna.  

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