Condenado a dos años de prisión por denigrar a las mujeres en Twitter

, , | 2 febrero, 2017

«53 asesinadas por violencia de género machista en lo que va de año, pocas me parecen con la de putas que hay sueltas» fue uno de sus ‘tuits’. Declaró que era «un experimento sociológico» que se le fue de las manos

MARISA RECUERO. EL MUNDO.- «Perplejo y demudado». Así se quedó el tribunal que condenó a dos años de prisión a un tuitero por un delito de enaltecimiento del terrorismo y otro de incitación al odio al escuchar la justificación que dio en relación a comentarios publicados en la red social Twitter sobre violencia de género y terrorismo yihadista. La Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida por Ángela Murillo, considera que Berenguer Jordi Moya Hernández, de 21 años, estaba «denigrando al colectivo de las mujeres, por el hecho de serlo», según la sentencia condenatoria, fechada el pasado 26 de enero.

El tribunal considera «imposible» sostener -«y menos aún hacer creer», según resalta la sentencia, cuyo ponente fue la juez Teresa Palacios– que el texto empleado en los mensajes «fuera para llamar la atención sobre la violencia» de género. «Lo que revelan es todo menos una preocupación», destaca, sin pasar por alto que «lo que denotan es justamente lo contrario al sentir general».

«Lo que rezuman los contenidos de los tuits es la discriminación hacia la mujer, en tanto trato diferente y por debajo que al hombre», argumenta el tribunal para justificar su condena. Es más, deja claro que el acusado «ubica a la mujer» en «desventaja», en palabras del tribunal, «denigrándola», resalta. Los magistrados no dudan de que los tuits revelan «hostilidad hacia la mujer, a la que ubica en un plano de ínfima consideración personal».

En concreto, el tribunal se refiere a ocho tuits publicados por Moya Hernández en los meses de diciembre de 2015 y enero de 2016. En diciembre escribió: «53 asesinadas por violencia de género machista en lo que va de año, pocas me parecen con la de putas que hay sueltas», «Y 2015 finalizará con 56 asesinadas, no es una buena marca, pero se hizo lo que se pudo, a ver si en 2016 doblamos esa cifra, gracias», «Ya tengo los explosivos preparados para esta noche liarla en Sol, Feliz Año, Alá en grande» y «Ahora sólo falta un atentado en Madrid, unos cuantos españoles muertos y un 2015 de puta madre».

En enero de 2016, los tuits publicados fueron: «Ya no se ven atentados como los del 11S, estos de la Yihad no valen, si van a masacrar a gente que lo hagan con estilo, http://remoandaluz.es/servicio-medico/comprar-cialis vuelve Bin Laden», «Marta del Castillo era feminista y se tiró al río porque las mujeres se mojan por la igualdad», «A mí me gusta follar contra la encimera y los fogones, porque pongo a la mujer en su sitio por parte doble» y «Ya la he maltratado, tú eres la siguiente». Este último acompañado de la fotografía de una mujer.

El tribunal considera que estos comentarios no están justificados en el derecho a la libertad de expresión, que «preconiza la igualdad de las personas». En este sentido, también argumenta que este derecho no ampara «la prohibida alabanza de actividades terroristas». Es por ello que la sentencia deja claro que Moya Hernández incurrió en «conductas penales».

Los hechos investigados advierten de que el condenado tenía dos cuentas en Twitter creadas hace cuatro y tres años, respectivamente, y en torno a los dos mil seguidores. La investigación comenzó después de que la unidad policial dedicada al control, seguimiento y análisis preventivo de los contenidos publicados en las redes sociales recibiera correos electrónicos de ciudadanos quejándose de la forma en la que el acusado trataba la violencia de género.

Twitter cerró una de las cuentas tras las quejas y el acusado comenzó a escribir comentarios en la otra. En su declaración en el juicio, Moya Hernández justificó sus comentarios diciendo que «en esa época era un inconsciente, sin saber a cuánta gente llegaba». Llegó, incluso, a calificar los hechos de «experimento sociológico que se le había ido de las manos, en plan broma o de humor negro», alegando «ignorancia en estos temas».

Estas justificaciones no fueron consideradas por el tribunal, que alega que «no es calificable de broma ni de humor negro nada de lo que el acusado ha escrito a través de las redes sociales». Es más, advierte de que «lo que fluye es la idea de ensalzar esas acciones» y que «no es fruto de la inconsciencia».

La sala no pasó por alto que «todo aquel que utiliza como herramienta esa forma de comunicación», en relación a Twitter, «sabe la potencial difusión que pueden alcanzar sus palabras».

El Ministerio Fiscal, representado por Teresa Sandoval, solicitó un total de cuatro años y siete meses de cárcel para Moya Hernández. Su abogado defendió que pudiera aplicarse la circunstancia atenuante de confesión, alegando que se le acusó después de haber confesado que fue el autor de los tuits. No obstante, el tribunal tumbó los argumentos de la defensa del tuitero al considerar que «el contenido de su declaracón no es equiparable a una confesión».

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